
El año 2022 fue un verdadero reto para mí. Apenas con un año de haber lanzado nuestro emprendimiento, un local de comida, decidimos ampliarlo a un minimarket. En ese momento postulamos y ganamos dos fondos concursables: el primero fue el capital CRECE de Sercotec (financiamiento público) y el segundo fue la IV versión de Impulso Chileno (financiamiento privado)
Uno podría pensar que recibir esa cantidad de dinero para un negocio que empezó con una inversión de 3 millones aseguraría el éxito, ¿verdad? Bueno, no es tan simple. Por eso quiero compartirte lo bueno, lo no tan bueno y lo malo los fondos concursables

LO BUENO
Lo mejor de ganar un fondo es que obtienes un impulso financiero que te permite avanzar mucho más rápido hacia tus objetivos. Este tipo de apoyo acelera el crecimiento de tu negocio, pero es clave tener muy claros esos objetivos desde el principio. En nuestro caso, este empujón nos ayudó a cumplir con la idea de negocio que teníamos: complementar el local de comida rápida con un minimarket. Nos permitimos adquirir equipamiento, mejorar la infraestructura y aumentar el inventario.
LO NO TAN BUENO
El tiempo que debes invertir es un factor que no se suele mencionar. Ganar un fondo concursable, ya sea público o privado, implica dedicarle mucho tiempo a la gestión. ¿Y cuál es el problema con esto? Cuando estamos emprendiendo, especialmente en las primeras etapas, los emprendedores solemos hacer de todo: comprar, vender, encargarnos del marketing, del delivery, y más. Con ese ritmo, ya estamos bastante ocupados. Ahora, al sumar un fondo, la carga de trabajo aumenta. Además de tus responsabilidades diarias, tienes que cumplir con plazos de compras, rendiciones, capacitaciones y todos los requisitos que los fondos exigen.
LO MALO

El dinero. Aunque suene paradójico, el financiamiento puede convertirse en un problema. En el caso de los fondos que impulsa Sercotec, el monto adjudicado no cubre ciertos costos adicionales. Por ejemplo, si el fondo es de 5 millones de pesos, debes pagar el 19% de IVA, lo que en este caso sería $950.000. Además, debes aportar una parte como empresarial, lo cual varía según el fondo.
En mi caso, fue una etapa de sobrecarga de trabajo que tuve que manejar con cuidado. El seguimiento de los plazos y la rendición de cuentas son esenciales, pero también pueden generar estrés adicional si no tienes un buen sistema para administrar tu tiempo.
Puede que pienses: “Raquel, si me están financiando 5 millones, ¿qué tanto es poner un poco más?”. Y es verdad que no parece mucho dinero en comparación, pero mi consejo es que antes de postular, te aseguras de contar con los recursos necesarios para cubrir el IVA y el aporte empresarial. Si no lo tienes, es probable que debas recurrir a financiamiento externo, lo que puede afectar el flujo de efectivo de tu negocio y obligarte a asumir una deuda cuando tal vez no sea el mejor momento para hacerlo. Especialmente si tu empresa está aún en sus atapas tempranas y en proceso de consolidación.
Es fundamental postular a un fondo concursable cuando ya tengas el dinero necesario para cubrir los aportes sin afectar las finanzas de tu empresa. De lo contrario, podrías comprometerte con una deuda que luego será difícil de manejar una vez que finalice el fondo.
Mi recomendación
Los fondos concursables son una excelente oportunidad para hacer crecer tu negocio, pero es importante tomarlos con responsabilidad y en el momento adecuado. Mi consejo es respetar los procesos naturales de tu emprendimiento: mide cuidadosamente tus ingresos y gastos, y lleva un control financiero constante. No te apresures a tomar decisiones solo por la promesa de financiamiento; Asegúrese de que su negocio esté preparado para manejar ese apoyo de manera eficiente y sostenible.
Obtener financiamiento no siempre se traduce en un aumento inmediato de ventas o un flujo de efectivo positivo. Es crucial que tengas claro que el objetivo final debe ser que ese apoyo financiero te ayude a lograr las metas que te has planteado y, finalmente, que lleves a tu negocio al éxito.